El Real Madrid se ha impuesto este sábado al París Saint-Germain (1-0) en un partido donde dejó buenas sensaciones y se mostró muy superior a un rival de entidad que llegaba mucho más preparado. Salió la escuadra blanca con un doble pivote en el centro del campo formado por Modric y Khedira, que se tornó en trío gracias a los apoyos en la construcción de Isco. El sistema favorecía el control del balón pero damnificaba a Özil, escondido en la derecha, y a Cristiano Ronaldo, menos fino en la zona central del ataque. La jugada de gol nació de un córner en campo propio Pese a todo, siempre intenso, el luso fue quien puso más picante los primeros veinte minutos del duelo. Su mera presencia intimidaba y con un remate de cabeza que se marchó por encima del larguero despertó ofensivamente a ambos contendientes. Primero a los franceses. Lavezzi, que parecía encontrarse a gusto moviéndose a espaldas de la defensa, estuvo cerca de alterar el resultado tras mandar fuera en el primer palo una asistencia de Maxwell. No acertó y castigó el Madrid como más le gusta, en una contra vertiginosa. La jugada nació de un córner en campo propio. Al rechace le siguió la escapada de Benzema, Özil y Cristiano. Con el portugués cazado en la medular, solo sus compañeros llegaron al borde del área. Allí el alemán encontró al francés y este al primer toque y ajustando el esférico al palo, traspasó la línea de meta.
La reacción del rival fue corajuda e inmediata. A un achique de Diego López ante la llegada de Matuidi le siguió un remate de cabeza de Ibrahimovic que se perdió fuera. La más clara fue en cambio la de Lavezzi, que castigó con un pésimo control una buena dejada con la testa del propio Ibrahimovic. El Madrid viajará a EE UU ya con la plantilla al completo tras la incorporación de los futbolistas que aún siguen de vacaciones Sin embargo la última antes del descanso la tuvo el Madrid cuando Khedira y Benzema no acertaron a cabecear un centro de Coentrao. En la reanudación Isco y Modric dejaron su sitio a Di María y al emergente Casemiro. No cambió el panorama. La velocidad que le faltaba a los galos para construir le sobraba a los merengues para salir en desbandada. Cristiano se puso al frente en busca del gol y solo Sirigu lo impidió, reaccionando con reflejos a un potente giro de cuello y despejando como pudo un duro golpeo desde la derecha. Descontento en el banquillo con lo que veía, Blanc tocó la estructura. El músculo de Mauitidi dejó sitio a la habilidad de Verrati y el aumentó las prestaciones. Moura, con un disparo cruzado, pudo igualar el enfrentamiento. Hasta el cierre poca más historia al margen de unos minutos bienintencionados de Kaká, que continúa esforzándose para ser el de antaño, y la sensación de que el equipo gana en solidez con el transcurrir de los días. Con esta victoria el conjunto blanco finaliza la parte inicial de la pretemporada. Ahora viajará a Estados Unidos ya con la plantilla al completo tras la incorporación de los futbolistas que aún siguen de vacaciones.
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